La muerte súbita es una parada cardiaca de forma repentina y letal que se produce en aquellos pacientes que tenían un buen estado de salud. Si el paciente no recibe asistencia médica con carácter inmediata, probablemente fallecerá.
Se produce normalmente por una arritmia cardiaca maligna. Básicamente el corazón no será capaz de generar un latido efectivo, por lo que se dejará de bombear la sangre, la presión arterial caerá y el cerebro no recibirá el riego sanguíneo que necesita para sobrevivir.
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Aunque se sabe cómo se produce, no se conocen muy bien cuáles son las causas que llevan a ello. Los científicos han determinado que, aunque la muerte súbita se puede producir en prácticamente cualquier momento de la vida del paciente, es más frecuente que se produzca por las noches. Algunos estudios aseguran que puede estar provocando por un entorno demasiado caluroso, y esto podría estar relacionado con el tipo de colchón en el que se descansa.
Es por ello, por lo que existe lo que se conoce cómo un colchón anti muerte súbita o antiahogo; un dispositivo especial que ha sido diseñado especialmente para prevenir estos problemas.
Desgraciadamente, la muerte súbita también se da en bebés, y todavía no se sabe bien el motivo de ello. En este caso también existen colchones adaptados para ellos, para su cuna.
Si quieres comprar uno de estos aparatos, te recomendamos que sigas leyendo para saber en qué te tienes que basar para hacerlo.
Lo cierto es que existen muchas marcas que fabrican diferentes modelos, por lo que cada uno se ha diseñado de forma distinta. Sin embargo, todos se centran en la misma base: por lo general, su núcleo está compuesto de pequeñas perforaciones que incentivan la transpiración; de esta forma, se evitarán las elevadas temperaturas que podrían propiciar la muerte súbita.
Por otra parte, en el momento en el que respiramos emitimos dióxido de carbono al entorno, algo nocivo para la salud. Si el CO2 se acumula en el interior del colchón, a la larga puede ser nocivo para la salud. Estos colchones permiten la eliminación del gas, evitando cualquier problema asociado.
Un colchón antiahogo está compuesto por materiales especiales, resistentes al paso del tiempo, permitiendo que puedan mantener la postura en todo momento. Ahora bien, resistente no quiere decir que sea duro, si no que más bien se adaptarán a la postura del paciente, haciendo que sea correcta.
Dependiendo del presupuesto que tengamos, así como de cualquier problema corporal, podemos encontrar colchones anti muerte súbita fabricados en diferentes materiales. Como recomendación personal, y a no ser que el médico te recomiende otra cosa, la mejor opción son los colchones fabricados para aportarnos la máxima elasticidad en el descanso, con “efecto memoria”; adaptándose a la postura del paciente, pero recuperando la forma una vez que se haya levantado del colchón (es decir, que no se deforman).
En cualquier caso, siempre deberías apostar por un material de la más alta calidad, aunque te pueda costar un poco más.
Piensa que un colchón de esos puede salvar la vida de un bebé o de una persona mayor llegado el momento.
Lógicamente, cuando se compra un colchón habrá que sopesar previamente sus medidas para ver si se puede adaptar a la estructura. No será lo mismo comprar un colchón antiahogo para un adulto, que para un bebé, por lo que tendremos que evaluar las dimensiones que aparece en la ficha técnica del producto, para evitar problemas.
De la misma manera que con cualquier otro producto, si tenemos alguna duda sobre si el modelo que vamos a comprar es o no adecuado para nuestro caso, lo único que tendremos que hacer es echar un vistazo a los testimonios de usuarios que ya lo hayan podido probar. Ahora bien, una sola opinión no nos dice nada, cualquiera puede tener un problema con un colchón y votar negativo en un momento dado… lo ideal es hacer un balance de opiniones, para así poder tomar una decisión adecuada.